martes, 24 de enero de 2012

La Globalización


La limitación arbitraria y egoísta de la globalización liberal, meramente económica y financiera, la sufrimos ya en Europa al adoptar una moneda única. Pero ¿acaso implantamos al mismo tiempo una justicia única, una sanidad global, unos transportes unificados, una educación homogénea, una movilidad laboral, un derecho común?
Jose Luis Sampedro "El mercado y la globalización" 2005

En 2005 cuando parecía que el dinero nunca se iba a acabar y que los pisos nunca dejarían de subir, Jose Luis Sampedro ya anunciaba lo absurdo que era una moneda común con políticas fiscales y sociales diferentes. En la segunda parte de su libro nos cuenta como la globalización solo significa aumentar las desigualdades y la pérdida de poder de los pueblos.

By Sbw01f [GFDL (www.gnu.org/copyleft/fdl.html) or CC-BY-3.0 (www.creativecommons.org/licenses/by/3.0)], via Wikimedia Commons



La Globalización

La liberación de las operaciones financieras y monetarias que con los actuales avances tecnológicos se pueden hacer en pocos segundos y a nivel mundial, con total ausencia de control sobre ellas es lo que ha venido a llamarse GLOBALIZACIÓN, donde un gran conjunto de decisiones económicas importantes se toman fuera de los gobiernos (y por tanto del control democrático de los ciudadanos) se toman desde el poder privado, desde esos grupos económicos que mencionábamos en el capítulo anterior y que ahora son conocidos como “los mercados”. Estos grupos económicos se pueden permitir el lujo de lanzar ataques especulativos contra gobiernos o contra monedas como está pasando ahora con el Euro con el único fin de obtener beneficio, sin importarles lo más mínimo las consecuencias sociales o medioambientales que puedan acarrear.
Con la escusa de la libertad financiera y la desregularización de los mercados se anteponen  los mecanismos e intereses capitalistas a el resto de aspectos de la vida como los éticos, educativos, jurídicos, etc. Contra esa dependencia se alzaron grandes luchas sociales en los siglos XIX y XX que nos llevaron al actual “estado del bienestar” que ha mejorado la calidad de vida de millones de personas de los países occidentales y que encumbró los sistemas socialistas en muchos otros países. Tras el desplome de los países socialistas se ha dejado paso libre a la expansión mundial del poder financiero y especulador.
Vivimos en una globalización económica pero no social. A pesar de las mejoras científicas y tecnológicas, las desigualdades no solo no disminuyen sino que crecen cada vez más concentrándose el dinero cada vez en menos manos.
Otro mundo es posible donde una autoridad supranacional mire por el interés común de todos los seres del planeta, donde la eliminación del hambre, de la enfermedad  y de la violencia así como el acceso a la educación, vivienda y sanidad de calidad sin comprometer el medio ambiente sea un objetivo global, sin egoísmos, sin fronteras. La humanidad necesita alcanzar la mayoría de edad, debemos dejar de comportarnos como niños y que la solidaridad entre todos los ciudadanos del mundo sea real.

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