miércoles, 29 de noviembre de 2017

Democracia



En su ensayo “Ideas que han ayudado a la humanidad”, entre otras, Bertrand Russell defiende la democracia:
“Soy firme creyente en el gobierno democrático representativo como la mejor forma para los que poseen la tolerancia y el autodominio necesarios para hacerlo operativo.”
Pero también señala:
“Sus defensores cometen un error si suponen que puede ser introducido de inmediato en países donde el ciudadano medio ha carecido hasta ahora de todo adiestramiento en el toma y daca que esa forma de gobierno requiere.”
Para que para que en un país haya democracia, no basta con convocar unas elecciones y esperar que todos acaten la mayoría. La democracia va unida a la tolerancia, al respeto al que piensa diferente y hay que enseñarla en las escuelas. Por tanto, instaurar democracia en países donde el odio y la violencia están al orden del día, no solo es difícil sino que puede abocar a peores resultados que un régimen dictatorial.

Se me ocurre que una opción en tales casos, podría ser establecer un gobierno provisional de la ONU, apoyado por fuerzas especiales y con un desarme de la población. Así durante un periodo de al menos 10 años, centrando los esfuerzos en educar, unir y enseñar a la población a ser tolerante. Solo si se consigue un periodo suficientemente largo de no violencia y de tolerancia, podría entonces convocarse una elecciones y dejar al país a su libre albedrío.

Otras dos buenas ideas políticas que Bertrand Russell comenta en su ensayo son las ideas de ley y gobierno. Comenta que podría existir un gobierno sin ley pero no podría existir ley sin un gobierno que asegure que la esta se cumple. Por supuesto hay y ha habido malos gobiernos, de hecho ha sido lo habitual a lo largo de la historia:
“La historia demuestra que cualquier grupo de hombres a quienes se confía poder sobre otro grupo abusará de dicho poder si puede hacerlo con impunidad.”
Gracias a la democracia, ese poder resulta temporal y depende de la aprobación periódica del pueblo impidiendo los peores abusos de poder. La ley y la democracia ponen límites a los excesos del gobierno.

Además de Ley y Gobierno son necesarias más ideas para que la humanidad tenga éxito en materia de organización social como la libertad personal que plantea compuesta de dos partes:
  • Un hombre no puede ser castigado a no ser por un correcto proceso legal.
  • Debe existir una esfera dentro de la cual las acciones de un hombre no pueden estar sujetas a la fiscalización gubernamental, incluyendo la libertad de palabra, la libertad de prensa y la libertad religiosa.

Bertrand Russell defiende un gobierno internacional que respete las leyes y la libertad personal de cada individuo tal y como se ha expuesto. Admite que es arriesgado y que inicialmente podría resultar en un proyecto fallido, pero la alternativa dado el nivel tecnológico que ha alcanzado el hombre serían las guerras y una involución en el progreso de la humanidad.
“Un gobierno internacional si tiene éxito llevaría a la humanidad a una era de felicidad y bienestar como jamás se ha soñado, aboliendo la pobreza en todo el mundo sin exigir más de 4 ó 5 horas diarias de labor productiva y donde las enfermedades se reducirán aun más. El tiempo libre conseguido gracias a la organización y la ciencia podrá dedicarse al goce puro pero también podrá dedicarse al arte y a la investigación científica. De la sabiduría colectiva que demostremos durante los próximos 20 años depende que la humanidad quede sumida en un desastre o que alcance un nuevo nivel de dicha, seguridad, bienestar e inteligencia.”
Esto decía Bertrand Russell en 1945 cuando dos países parecían dominar el mundo. Tenían armas nucleares y potentes economías. Eran EE.UU. y la URSS. Hoy en día el mundo ha cambiado bastante y parece que EE.UU. es el país hegemónico con una potente economía y sobre todo con una potente fuerza militar que le convierte de hecho en el sheriff del mundo y que le permite el lujo de decidir que no apoya medidas contra el cambio climático que apoyan casi todos los países del globo o le permite tener el derecho de vetar decisiones de la ONU (aunque hay que admitir que estas dos cosas no son exclusivas de este país).

20 años decía Rusell, pero 70 años después seguimos en realidad en la misma encrucijada. Sigue habiendo hambre, pobreza y guerras en el mundo. Las desigualdades sociales aunque durante algún tiempo parecieron reducirse sobre todo en occidente, de nuevo parecen crecer. El mundo ha cambiado mucho desde entonces pero el riesgo de desastre todavía está latente. Rusell no lo menciona, entonces no era un problema tan manifiesto, pero los recursos de la Tierra se están agotando, la contaminación, la falta de agua dulce planean sobre nosotros como amenazas que si no hacemos nada acabarán por afectarnos. Es necesario un gobierno mundial que tome decisiones importantes para acabar con estos problemas pero sobre todo para acabar con la desigualdad del mundo. Un gobierno al servicio de las personas y no al servicio de las grandes empresas ni al servicio de los mercados. Un gobierno para un mundo sin fronteras donde todos los niños tengan las mismas oportunidades de desarrollarse y de triunfar en la vida sin importar donde nacieron. Y donde los derechos humanos estén garantizados sin importar país, raza o religión.