viernes, 13 de agosto de 2021

Más Haikus

Aprovechando las vacaciones he dedicado algo de tiempo a la poesía. Aquí van algunos haikus, desde 2009 no publicaba ninguno. ¡Vaya! 11 años para dedicar algo de tiempo a la poesía. Y es que este mundo moderno con televisiones, series, redes sociales, internet,... dejan poco tiempo a la contemplación y el arte.


Estos 3 primeros dedicados a la familia, desde la infancia hasta la tercera edad:

Centro del mundo

iluminas mi camino

Infancia feliz


Adolescencia

época muy difícil

Amor de padre


Padre y abuelo

sostén de la familia

Padre querido


Este está dedicado a una historia corta que escribí hace muchos años:


Primer relato

fantasía, naturaleza

El unicornio

 

 y finalmente un Haiku canónico a la naturaleza:


Regreso al hogar

atravesamos valles

Verdes montañas


domingo, 28 de febrero de 2021

Impuestos

 


Desde la antigüedad, a los hombres les ha sabido mal pagar impuestos. Hoy en día es normal escuchar frases del tipo: “es mi dinero”, “es un robo”, “si quiero algo me lo pago yo, no necesito al estado”. Muchos de estos se llaman “liberales” porque quieren “libertad” para poder gastar su dinero en lo que ellos quieran.
Pero esos liberales circulan por carreteras que ha construido el estado, hacen uso de puertos o aeropuertos construidos por el estado. Tienen luz y agua corriente en sus casas gracias a las infraestructuras construidas por el estado y si un día tienen una enfermedad tan grave como para que el tratamiento no puedan costeárselo, el estado también acudirá en su ayuda.
Y es que el estado con el dinero de los impuestos cubre un amplio espectro de servicios al ciudadano muchos de los cuales son el resultado de muchos años de lucha para que toda la población pueda disfrutar de ellos.
No hace tantos años que la población no disponía de médicos, profesores, asistentes sociales, pensiones para la jubilación o para cubrir enfermedades o accidentes que impidan trabajar, prestación por desempleo, prestación por maternidad tantas cosas que cuando llegaban, uno debía echar mano a los amigos, a vender lo poco que tenía o forzaba a las gentes a la miseria, al hambre o a la delincuencia.
Y todos estos servicios no se podrían dar sin un estado que recaude impuestos para poder satisfacerlos.

A lo largo de la historia muchos gobernantes han usado estos impuestos para su enriquecimiento personal y es lógico que los “tributantes” sean escépticos sobre el posible buen uso de los impuestos. En una democracia el modo de gastar estos impuestos debería ser la base de los programas electorales de los distintos partidos y debería haber una transparencia total sobre cada euro gastado.
Cuando votamos, elegimos nuestros representantes al parlamento y allí es donde se elaboran las leyes por las que nos relacionamos, pero también, al formarse el parlamento se elige quien va a detentar el poder ejecutivo, es decir, en qué se va a emplear el presupuesto del estado. Cada ministerio tendrá asignadas unas partidas del presupuesto y en base a ellas tendremos escuelas, autopistas, hospitales, policías, prestaciones sociales o aviones de combate.
También con los impuestos se puede ayudar a reducir la desigualdad entre los ciudadanos. Es justo que trabajo difíciles, penosos o que supongan mayor beneficio para la sociedad estén mejor remunerados (cosa por cierto que no se suele cumplir) pero que haya gente con ganancias superiores a 10 veces el SMI parece poco ético.
Y de ahí también surge la progresividad de los impuestos a mayores ganancias mayor porcentaje de impuestos a contribuir a la bolsa común.
 

Francisco de Vitoria, teólogo español del siglo XV considerado padre del derecho internacional dijo:


“Si los bienes se poseyeran en común serían los hombres malvados e incluso los ávaros y ladrones quienes más se beneficiarían, sacarían más y pondrían menos en el granero de la comunidad.”


Es decir no cabe duda de que el ser humano es imperfecto y tampoco podemos pensar que el estado va a resolver todos nuestros problemas.


El estado debe recaudar lo justo para la satisfacción de las necesidades básicas de sus ciudadanos. Donde situar ese nivel de necesidades vía impuestos es una labor difícil pero este debe ser uno de nuestros objetivos de cara a establecer un futuro estable y próspero y que evitarará muchos conflictos a generaciones venideras.

 

Imagen "Taxes - Illustration" by DonkeyHotey is licensed with CC BY 2.0. https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/ 

 

domingo, 17 de enero de 2021

El derecho a las comunicaciones




Las necesidades de comunicación entre las personas han existido siempre desde que existe la humanidad y a medida que se han desarrollado las civilizaciones y ha aumentado el comercio, la cultura y las comunicaciones cada vez era más necesario el envío de mensajes entre particulares.

Así los servicios postales que se prestaban inicialmente de forma privada, finalmente y con el fin de hacer que fueran asequibles y universales empezaron a prestarse de forma pública. En España como podemos ver en la página de correos, el rey Felipe V en 1706 convirtió el servicio de correos en responsabilidad del estado.

Actualmente el “Servicio Postal Universal” depende del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y como indica en su web:

“El Servicio postal universal es el conjunto de servicios postales cuya prestación garantiza el Estado de forma permanente en todo el territorio nacional y a precio asequible para todos los usuarios.
Este servicio incluye las actividades de recogida, admisión, clasificación, transporte, distribución y entrega de envíos postales nacionales y transfronterizos, tanto de cartas y tarjetas postales de hasta dos kilogramos de peso, como de paquetes postales de hasta veinte kilogramos de peso (art. 21 de la Ley 43/2010, de 30 de diciembre, del servicio postal universal, de los derechos de los usuarios y del mercado postal).”

Pero estamos en el siglo XXI y este servicio postal actualmente se utiliza muy poco para enviar mensajes como ocurría inicialmente. Ahora su principal función es el envío de paquetes y los mensajes ya llegan a través de otros medios “telemáticos”. Inicialmente fueron el telégrafo y el teléfono pero hoy en día se utiliza internet en todas sus variantes: correo electrónico, aplicaciones de mensajería y redes sociales.



A pesar de que internet no depende de ninguna empresa privada, sí que los servicios mencionados actualmente son prestados por empresas privadas. Esto lleva a noticias como la reciente donde empresas privadas como Twitter o Facebook bloquean la cuenta nada menos que del presidente de los EE.UU.

O servicios que utilizamos habitualmente y de forma casi universal como Whatsapp cambian de forma unilateral sus condiciones y que debemos aceptar sí o sí (o debemos dejar de usar el servicio)

De igual forma que el estado acabó haciéndose responsable del servicio postal no estaría de más que el estado proporcionara a sus ciudadanos un servicio de correo electrónico y mensajería que dependiera del estado y donde se garantizaran además el secreto y la privacidad tal y como marca nuestra Constitución en el artículo 18:

3. Se garantiza el secreto de las comunicaciones y, en especial, de las postales, telegráficas y telefónicas, salvo resolución judicial.
4. La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos.

Que Google declare abiertamente que tiene posibilidad de acceder a nuestro correo electrónico o que WhatsApp diga que puede compartir con otras empresas nuestros contactos se sale de lo que debería ser aceptable en unos servicios que hoy en día son básicos. Y eso es lo que se declara abiertamente, cuántos servicios se nos ofrecerán gratis y luego sin que los usuarios seamos conscientes recopilan datos para a saber qué fines.

No tiene sentido que algo tan privado como el correo electrónico y los contactos personales estén en manos de multinacionales americanas donde no nos cobran en dinero sino que nosotros somos su mercancía.


Habrá quien esté en contra de que el estado controle estos medios electrónicos, pero se trata de facilitar herramientas a los ciudadanos. Si el desarrollo de estas herramientas se realiza con software libre pueden ser auditadas y así garantizarse su neutralidad, seguridad y confidencialidad.

 

 

Carta (CC BY-NC-SA 3.0) http://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web/

Telefono (CC BY-NC-SA 3.0) http://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web/ Fotógrafo: Alessandro Quisi