jueves, 6 de enero de 2022

¿Cinco Sentidos? (y 2)

 Bueno veamos cuales son esos "sentidos adicionales".

 

6. Detección de la temperatura: FRIO/CALIENTE

 




Cuando tocamos una superficie muy caliente apartamos inmediatamente la mano. Nuestra piel ha detectado una temperatura muy elevada y ha enviado una señal al cerebro que ha ordenado retirar la mano. ¿Pero esto no es el tacto? No lo es.

Es otro sentido de la piel que no tiene que ver con la presión debida a la impenetrabilidad de la materia. Nuestro cuerpo está preparado para detectar cosas frías y calientes, un sensor que nos indica la temperatura de las cosas que además no requiere el contacto de la piel, solo con acercarnos el aire alrededor ya nos proporciona esa sensación. Con una “cámara térmica” podríamos apreciar esas temperaturas que no podemos apreciar con nuestros ojos pues no están preparados para ello.

Así que la temperatura, que en el fondo es una medida de las vibraciones de las partículas internas de la materia, la detectamos mediante sensores en la piel que nos dicen frio o caliente y es muy útil por ejemplo para evitar quemaduras o la exposición a temperaturas extremas que podrían afectar a nuestra salud.


7. Detección de la suavidad: ÁSPERO/SUAVE



La suavidad es otro sentido que identifico. Podría asimilarse al tacto, de hecho la impenetrabilidad de la materia también podría decirse que es lo que produce esa sensación pero no es una descripción de la forma de los objetos.

Esta sensación nos indica si un cuerpo sólido es suave o áspero. Sí podría decirse que es una variante del tacto o un aspecto diferente del mismo sentido. A diferencia del tacto que nos da una señal de duro/blando y de la forma de un objeto, para este aspecto es necesario cambiar la forma de obtener la información. No presionamos sino que “frotamos” suavemente la superficie para detectar su resultado.

La utilidad de este sentido es más difícil de encontrar. En general las superficies suaves siempre nos han parecido más agradables quizá porque las ásperas pueden acabar dañando nuestra piel.


8. Detección de la humedad: SECO/MOJADO



Cuando recojo la ropa del tendedero la “toco” para ver si está ya seca. Otro sentido de nuestra piel pero que no es ninguno de los mencionados es un sensor de humedad. Toco la ropa y sé si está más o menos húmeda.

La humedad es un indicador de la cantidad de agua que impregna algún objeto y con ese sensor podemos detectar si algo está seco o mojado. Como el resto de los sentidos es una interpretación piel/cerebro de un aspecto de la realidad y que parte de los sensores de la piel y termina con una señal en el cerebro.

También es complicado saber la utilidad de este sentido, el agua es esencial para la vida, detectar humedad puede servir para encontrar agua. También identificar que algo está mojado puede servir para que sepamos que va a ser necesario poner más atención para evitar que se nos “escurra”.


9. El DOLOR



Finalmente hay un “interfaz” con nuestro mundo, en muchas ocasiones asociado con otros sentidos, sobre todo el tacto y la temperatura. Se trata del dolor. Podemos sentir “dolor” en un cuarto a oscuras, silencioso, sin oler ni saborear nada. Sin tocar nada. Es una sensación más que llega a nuestro cerebro y normalmente indicadora de que algo no va bien.


Si fabricáramos un robot y quisiéramos dotarlo de las sensaciones que tiene un ser humano, necesitaríamos estas 9 interfaces (quizá el dolor sería un sistema interno de evaluación del estado general del robot). 

 
Es importante señalar que hay más cosas en la realidad que nos rodea que no podemos detectar con nuestros sentidos. La radiación y en general todas las ondas electromagnéticas fuera del espectro visible, los neutrinos, la materia oscura, la antimateria, las ondas sonoras fuera del espacio audible (que varía en cada persona y con la edad) y a saber qué otras cosas nos rodean y no conocemos.

 

ThermometerLowTemp.HitomiAkane, CC BY-SA 4.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0>, via Wikimedia Commons
Gato (CC BY-NC-SA 3.0) http://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web/ Fotógrafo: Davide Suraci
Huellas en un suelo seco y Suelo mojado (CC BY-NC-SA 3.0) http://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web/
Youth Extracting a Thorn from His Foot (Marco Dente), G2565. Harvard Art Museums collections online. Https://hvrd.art/o/278385. 

miércoles, 5 de enero de 2022

¿CINCO SENTIDOS?

 

 

Ya sabemos que el mundo no es como lo vemos, o mejor decir, como lo sentimos. El mundo está hecho de materia y energía y nuestro cuerpo está dotado de unos sensores que traducen los diferentes estímulos de materia y energía a señales eléctricas que nuestro cerebro interpreta. A esos sensores que sirven de “interfaz” entre nuestro cerebro y el mundo que nos rodea es a lo que llamamos “sentidos” y en contra de lo que se afirma no son 5, son más. Veámoslo.


1. Percepción de ondas electromagnéticas: La VISTA



Describir qué es una onda electromagnética escapa del ámbito de esta entrada del blog. Quizá la forma más sencilla de entenderlo es decir que la luz es una onda electromagnética. Así el Sol o una bombilla emiten ondas electromagnéticas pero en realidad solo podemos ver una parte de las ondas que emiten, es lo que llamamos el espectro visible. Cuando estas ondas chocan con la materia, parte de la onda es absorbida por el cuerpo y parte es reflejada. Esa luz reflejada llega hasta unos sensores que hay en nuestra cabeza a los que llamamos “ojos”.

Dichos sensores captan la luz y son capaces de transformarla en impulsos eléctricos  que llegan a nuestro cerebro. Así se produce la maravilla de la visión de los objetos que hay a nuestro alrededor. Señalar que esta luz al ser una onda puede llegar con distintas frecuencias y nuestros ojos son capaces de transformar  esas variaciones en 3 conceptos inventados y que llamamos “colores” y de la combinación de esos 3 colores nuestro cerebro es capaz de percibir todos los colores que somos capaces de reconocer.

Es importante señalar que la materia, los objetos, están ahí de verdad y nuestros ojos son capaces de percibirlos gracias a los efectos que producen las ondas electromagnéticas en ellos y por tanto las formas percibidas son reales pero los colores son totalmente inventados son una forma “avanzada” del ojo/cerebro para facilitarnos la distinción de las diferentes frecuencias con que esas ondas alcanzan nuestros ojos.


2. Presión debida a la impenetrabilidad de la materia: El TACTO




Ese “color” no podemos palparlo con  nuestras manos. El tacto es un sentido diferente que también nos permite obtener información de la forma de los objetos pero no en base a la radiación electromagnética como los ojos sino en base a la “repulsión entre nubes de electrones” que se produce entre nuestro dedo y el objeto que “tocamos” (ver Principio de Pauli) o la “impenetrabilidad de la materia”. Esta propiedad de la materia se puede apreciar a oscuras lo que evidencia que no tiene que ver con la anterior (absorber o reflejar ondas electromagnéticas) y funciona en base a unos receptores que hay en nuestra piel que envía señales al cerebro cuando detectan una presión. Más tarde hablaremos más sobre el sentido del “tacto”.


3. Percepción de ondas de presión en la materia: El OÍDO



Vivimos en un planeta lleno de materia atrapada por la fuerza de la gravedad y que podemos encontrar en 4 estados: sólido, líquido, gas o plasma (bueno hay quien afirma que hay más). Pues bien, una vibración o cambio de presión en la materia se propaga en forma de ondas que si alcanza nuestro oído será percibida como “sonido”. Una vez más transformamos en el oído ese cambio de presión en señales eléctricas que van a nuestro cerebro y lo hacemos de forma similar al ojo, discriminando las frecuencias para que así distingamos sonidos agudos o graves (esta vez no tenemos colores).

Una vez más el sonido es algo que se forma en nuestro cerebro para traducir las vibraciones que se producen en la materia que hay a nuestro alrededor, una vez más, algo inventado.


4. Detección de partículas en el aire que respiramos: El OLFATO



Para vivir necesitamos el oxígeno del aire que nos rodea y atrapadas en ese aire viajan moléculas de los objetos que nos rodean. Tenemos un sensor en nuestra nariz que detecta esas moléculas y una vez más envía señales a nuestro cerebro en lo que llamamos “olores” siendo posible detectar cientos  o miles de olores diferentes.
Huele bien, huele mal, es una forma de expresar que cierta materia que viaja en el aire que respiramos nos parece agradable o no y es especialmente útil para detectar alimentos en mal estado o también la presencia de depredadores, pero el mundo no “huele” es una vez más un concepto inventado por nuestro cerebro.


5. Detección de sustancia ingeridas. El GUSTO



Necesitamos ingerir alimentos y disponemos de un “sensor” que nos facilita reconocer qué tipo de alimento estamos ingiriendo. Es un sentido muy similar al olfato, otro detector de moléculas pero en este caso de sustancias sólidas/líquidas, no de gases. Es algo más limitado (o más completo según se mire). El olfato es único, cada sustancia tiene su olor, en el gusto también pero hay una serie de características que podríamos considerar diferenciales.  Nos permiten saber si algo es dulce, salado, amargo, ácido o “umani”. Unas células en la base de la lengua detectan estos “sabores” y como los demás sentidos, envían una señal al cerebro. Una vez más no deja de ser una interpretación que la papila gustativa/cerebro hacen de ciertas características de los alimentos y que permiten por ejemplo (como pasaba con el olfato) detectar alimentos en mal estado.

¿Hemos terminado? Pues no y como comenté al principio hay más de 5 sentidos.

Esto lo veremos en una próxima entrada.



Top, Autor: Robert Nanteuil. "Portrait of Edouard Molé". 1653. The Art Institute of Chicago. Creative Commons Zero (CC0).
Bottom, Autor: Orlando Hand Bears. "Portrait of Eliza Ann and Adelia Dusenberry". 1838. Minneapolis Institute of Art. Dominio Público. https://collections.artsmia.org/art/98954