miércoles, 24 de abril de 2024

ÉTICA XXI: REPUBLICANISMO

 

 


 

En el libro "Breve historia de la ética" de Victoria Camps que me ha servido de guía para estas XXI entradas sobre ética, termina las distintas corrientes morales y éticas hablando de los republicanos, no como los que están en contra de la monarquía sino como otra corriente filosófica entre los que destacan SkinnerPocock o Pettit.

 
Los republicanos retoman la división entre una "libertad negativa" y una "libertad positiva". La primera es la libertad liberal, la libertad entendida sólo como ausencia de intervención por parte del estado en los asuntos privados o individuales. Es la libertad mínima y, para algunos pensadores, insuficiente desde el punto de vista moral, pues la libertad negativa no obliga a hacer nada salvo cumplir las leyes, que no es poco, sin duda, pero que no compromete al individuo como agente moral autónomo y capaz de elegir su propia vida.
 
En la libertad positiva está la voluntad de la persona que no dejarse dominar por nada ni por nadie y de ser, por lo tanto, dueña de su propia vida y destino. Debería ser el ideal político del estado republicano: procurar que los ciudadanos se vean libres de cuantas dominaciones arbitrarias pesan sobre ellos. Es una ciudadanía comprometida con un bien común, que sirve a la sociedad participando políticamente y compartiendo los bienes sociales que ella misma contribuye a fijar. 
 
Apunta Philip Petit que la idea fundamental es proteger al ciudadano tanto de la dominación pública como de la privada
 
Un individuo está bajo dominación de otro cuando depende de su buena voluntad para obtener recursos básicos. 
 
Para evitar la dominación pública (del Estado) se propone la democracia, la separación de poderes (admite la monarquía) y la distribución de competencias entre diferentes niveles, es decir, dispersar el poder y que los ciudadanos lo supervisen. Esto implica gran implicación política.  

Para evitar la dominación privada propone crear un Estado de Bienestar, aumentar el poder de negociación de los trabajadores y evitar que los más ricos tengan un acceso más fácil a los órganos políticos.
 
En cierto modo, es una vuelta a la virtud de Aristóteles o Cicerón donde se trata de contribuir en la sociedad para propiciar el bien común y evitar la corrupción, claramente opuesto a la idea liberal de la "mano invisible" porque el egoísmo y los vicios privados rara vez producen beneficios públicos. Se diferencian de los comunitaristas en que siguen manteniendo el bastión de la libertad individual como valor prioritario.
 
El republicanismo recupera la idea de una ciudadanía moralmente comprometida y de una persona que no vive solo para sí misma, sino también para que prospere el bien público.
 
 
Tanto insistir en que el estado debe dar libertad a sus ciudadanos que se nos olvidaba algo tan importante como que el estado debe garantizar la libertad entre ellos.

 

Imagen Top: La libertad guiando al pueblo (Eugène Delacroix), alegoría republicana de la libertad y su lema Liberté, égalité, fraternité de Eugène Delacroix - This page from 1st-art-gallery.com, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=38989

 


Imagen: The sun's glint beams off the Atlantic Ocean revealing the island country of the Republic of Cabo Verde (left) off the coast of Africa in this photograph from the International Space Station as it orbited 261 miles above. from NASA images-assets.nasa.gov/image/iss070e052303/iss070e052303~orig.jpg. Date Created:2024-01-03

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sábado, 20 de abril de 2024

ÉTICA XX: COMUNITARISTAS

 


 

Una muestra evidente de la difícil medida de los valores en el mundo contemporáneo la tenemos en las teorías de la justicia de John Rawls y de Robert Nozick. Como se ha visto ya, ambos filósofos conciben la justicia distributiva de forma radicalmente distinta, sin que sea posible encontrar el fundamento definitivo para rebatir una de las concepciones a favor de la otra. Es curioso, además que ni Rawls, ni Nozick, mencionan la noción de "mérito" para explicar la justicia.
 
Los comunitaristas ven las teorías liberales de ambos autores excesivamente centradas en el individulismo y defienden la importancia de las comunidades o las sociedades.

En su libro "Tras la virtud" Alasdair MacIntyre desarrolla algunos conceptos éticos a lo largo de la historia y manifiesta el caos que nos ha llegado a nuestros días:

Imaginemos que el mundo ha sufrido una inmensa catástrofe medioambiental y política que ha destruido la totalidad de nuestro pasado cultural. Las personas que, después del desastre, quisieran recuperar su historia y su cultura tendrían que servirse de los escasos e inconexos fragmentos que se hubieran salvado del desastre, lo cual haría casi imposible la reconstrucción fidedigna del pasado. Nadie sería capaz de relacionar unos hechos con otros para hilar un relato coherente y significativo. Pues bien, una situación similar es la que vive la ética en estos momentos.

Otro comunitarista, Michael Sandel, indica:

Pensar que el individuo es autosuficiente es un error, pues todo individuo vive en una comunidad y forma sus convicciones morales en diálogo con los demás, con quienes comparte unos fines y una determinada concepción del bien común. No solo la justicia, sino también la democracia, precisan de personas que cooperen y se ayuden porque se sienten parte de la comunidad. La idea de pertenencia es fundamental para que los valores morales sean aceptados por todos.


Sander apela a preocuparse por la creciente desigualdad porque una brecha excesiva entre ricos y pobres socava la solidaridad que la ciudadanía democrática requiere. 
 
A medida que aumenta la desigualdad, ricos y pobres viven vidas cada vez más separadas. Quienes tienen dinero mandan a sus hijos a colegios privados (o a los colegios públicos de las urbanizaciones de gente pudiente) y dejan las escuelas públicas de los barrios a los niños de las familias a las que no les queda otro remedio que llevarlos a ellas. Lo mismo ocurre con la sanidad: todos los ciudadanos utilizan los servicios sanitarios públicos, pero los que tienen más ingresos se pagan además un seguro privado de salud para no tener que soportar listas de espera.
 
Una tendencia similar se observa en las demás instituciones públicas. Las zonas residenciales de alto nivel económico contratan guardas de seguridad y dependen menos de la protección de la Policía. Un segundo coche elimina la necesidad del transporte público. Y así sucesivamente.

El prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology) acaba de presentar un estudio que confirma esta tesis y demuestra que la clave de la desigualdad es que no nos mezclamos.

Realmente es muy difícil establecer qué es lo correcto, lo justo, lo ético cuando hay que tener en cuenta conceptos como la libertad individual, la igualdad, la equidad o los intereses generales de la sociedad. Es una discusión que sigue viva hoy en día, no en vano varios de los autores a que hago referencia en estas últimas entradas del blog siguen vivos.


Imagen: Portland Thorns players celebrate 09-02-2017 by Ray Terrill, CC BY-SA 2.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0>, via Wikimedia Commons

sábado, 13 de abril de 2024

ÉTICA XIX: LA COMUNICACIÓN Y LA ÉTICA

 

 


A Wittgenstein le mencionamos como referente del Círculo de Viena pero él mismo publicó más tarde sus "Investigaciones filosóficas" donde se critica a sí mismo. Pasa de afirmar que el lenguaje es solo un conjunto de signos cuya función esencial es reflejar la realidad, a afirmar:
 
El lenguaje es el instrumento de unos hablantes que ponen nombres a las cosas y las relacionan entre sí pero también se utiliza el lenguaje para valorarlas y para argumentar y discutir. 
El lenguaje nos une y ese vínculo común puede entenderse como el garante de la objetividad del conocimiento así como de la variedad de las normas que nos damos para actuar correctamente y vivir en común. 

La teoría de la "ética comunicativa" afirma que el lenguaje expresa una forma de vida que es la forma de vida específica del ser humano, cuyo rasgo más característico es la capacidad de hablar para comunicarse y entenderse con sus semejantes. Somos seres lingüísticos. Si cada uno usara el lenguaje a su manera, no habría comunicación. El objetivo del diálogo y de la deliberación es recabar acuerdos. 

En la búsqueda de acuerdo tiene que haber un reconocimiento recíproco de los dos sujetos y el compromiso de respetarse mutuamente y decir la verdad.
 
Los principales representantes de este nuevo modelo de pensar son Karl-Otto Apel y Jürgen Habermas
 
Los requisitos indispensables de la comunicación son: la consideración de todos los participantes como libres e iguales, la exigencia de no mentir y la de reconocer al otro como persona. 
 
"Mentir es un vicio maldito -había escrito Mountaigne- no son sino nuestras palabras las que nos unen y nos convierten en humanos". Esa intuición que rechaza de plano la mentira es una intuición ética.

Todo acto comunicativo que aspira a ser racional debe tener en cuenta: la verdad, la libertad y la justicia. El acto de habla debe ser veraz, libre y justo para ser racional o ético. Esos requisitos se cumplirían satisfactoriamente en una situación comunicativa ideal donde habría genuina simetría entre los hablantes y nadie sufriría dominación de ningún tipo. La comunicación real nunca es totalmente racional pero debe aspirar a serlo.
 
La universalidad de la moral encuentra su fundamento en la estructura del lenguaje entendido como acción comunicativa. Es el lenguaje el que impone unas normas de interacción que son morales. Por el lenguaje, piensa Habermas, el hombre se realiza en la historia y aspira encontrar una comunidad universal.
 
Habermas socializa el proceso de validación de las normas, pues entiende que no basta que el sujeto reflexione desde una supuesta imparcialidad, sino que es precisa una argumentación real para que las normas sean válidas.
 
Lo que la ética comunicativa o ética discursiva propone no son contenidos morales, sino un procedimiento para determinar la validez de los acuerdos normativos. Toda discusión sobre asuntos prácticos que van a llevar a normas, busca un acuerdo. Éste, para ser válido y racional debe cumplir los requisitos de la comunicación entre iguales, que incluye la idea de imparcialidad y el reconocimiento recíproco de los participantes o afectados por la discusión. En un estado de derecho, no existen más leyes legítimas que las que todos los ciudadanos hubieran podido querer, lo cual implica que todos los ciudadanos sean tenidos en cuenta a la hora de establecer normas que afectan a todos.
 
Así se corrige la idea kantiana de que lo único moralmente bueno es la buena voluntad, sino que también lo es, el cumplimiento cabal de los requisitos del discurso o de la comunicación que llevan al acuerdo justo. Esta ética universal a que aspira no lleva a una solución homogénea sino todo lo contrario, lleva a una pluralidad de puntos de vista que evolucionan histórica y socialmente en busca del acuerdo.
 
Cuando un gato bufa está usando su lenguaje para avisar que puede atacar, es una comunicación para evitar el enfrentamiento. El hombre ha desarrollado un lenguaje que permite relacionarnos en paz y armonía. Gracias al lenguaje se pueden establecer normas pero también llegar a acuerdos, resolver malentendidos. Qué lástima que sepamos mentir y cuantas desgracias han traído a la historia las palabras falsas, las traiciones y los engaños. Nuestra historia sería diferente sin duda.
 
 
Imagen: Happy Valentines Day by Paul. Creative Commons Attribution 2.0 via https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Happy_Valentines_Day.jpg

lunes, 8 de abril de 2024

ÉTICA XVIII: NOZICK

 
Se podría decir que Rawls encajaría en el concepto de socialdemocracia o que defiende el estado de bienestar. En 1974, 3 años después de publicar su libro "Teoría de la Justicia" que mencioné en la anterior entrada, otro filósofo de su misma universidad, Robert Nozick publica su respuesta a este libro "Anarquía, estado y utopía" que encajaría perfectamente en lo que hoy llamamos pensamiento neoliberal.
 
Nozick defiende un "estado mínimo", dirigido a fines policiales, pero sin funciones de redistribución de la riqueza. Un estado protector de la propiedad privada y que no asume ninguna responsabilidad en cuanto a igualdad o equidad.
 
¿Por qué la atención médica o la educación son bienes universales y básicos y deben ser garantizados a todos? ¿por qué no también la peluquería o la carpintería?. Las políticas de igualdad de oportunidades siempre perjudican a alguien, obviamente a aquel al que se le quita parte de lo que tiene para beneficiar a los demás desposeídos. No hay argumento que justifique esa usurpación de lo que es propio.
 
No cabe duda de que Nozick no veía bien los impuestos. Según él, la única distribución justa es la de libre intercambio y la única protección social justa es la de la beneficencia o la solidaridad, la del filántropo que es libre y voluntariamente dedica parte de sus bienes a satisfacer necesidades ajenas.
 
El pensamiento neoliberal ha influido mucho en las sociedades occidentales y todavía tiene muchos defensores. Como se puede observar en mi blog a lo largo de los años, no estoy para nada de acuerdo con dejar que la salud, la alimentación, la educación o la vivienda, derechos humanos básicos, queden al libre albur de la providencia. Cierto es que hay personas más o menos trabajadoras, que la pereza es una de los principales "vicios" humanos, pero incluso entre los que lo tienen, no me parece humano (o ético) dejarlos malviviendo en la calle, desnutridos, al albur de las enfermedades y sin derecho a una educación que bien podría sacarlos de ese "vicio" que en mala hora han adquirido.


Imagen: PrivatePropertySign.jpg de Dominio Público CC0 1.0 Universal via https://commons.wikimedia.org/wiki/File:PrivatePropertySign.jpg

miércoles, 3 de abril de 2024

ÉTICA XVII: RAWLS

 


 

John Rawls establece la justicia como el objetivo primordial de la ética. Su propósito es llegar a determinar los criterios para una distribución justa de los bienes básicos.
 
Para conseguirlo, plantea que no podemos partir de una sociedad de desiguales. En dichas sociedades sería inútil preguntarles a los individuos qué criterios de justicia aceptarían como válidos: cada cual buscaría su propio beneficio y será imposible obtener un resultado aceptable para todos.
 
Rawls recrea una situación ideal de igualdad, una situación, piensa, desde la que pueden determinarse los principios de la justicia que cualquier persona racional aceptaría o pactaría. No existe, ni es real, hay que imaginarla. La llama la "posición original". Consistirá en una especie de reunión de personas iguales entre sí, en el sentido de que ignoran todo sobre su posible o futura situación en la realidad: ignoran si serán hombres o mujeres, jóvenes o viejos, ricos o pobres; es decir, desconocen todo lo que podría llevarlos a decidir unos criterios de justicia que los beneficiaran personalmente y no a la sociedad en general. A partir de aquí establece dos principios de la justicia que son:
 
1. Cada persona debe tener el mismo derecho al sistema total más extenso de libertades básicas e iguales que sea compatible con un sistema similar de libertad para todos.

2. Las desigualdades sociales y económicas han de estar dispuestas de modo que se cumplan las dos condiciones siguientes:
    a) Den mayor beneficio a los menos aventajados, de forma que acaben beneficiando a todos;
    b) estén vinculadas a posiciones y tareas abiertas igualmente a todos.
 
El primero, la libertad, es prioritario. Rechaza el utilitarismo porque no tiene en cuenta las libertades individuales. 
 
El segundo principio establece que las desigualdades reales son justas siempre que sean contempladas desde un esquema que mejore la expectativas de los peor situados.
Añade a este segundo principio dos subprincipios:
a) igualdad de oportunidades.
b) el "principio de la diferencia" que indica la forma de corregir la desigualdades que aún persisten en toda sociedad aun cuando muchas injusticias sociales se hayan eliminado y que se enuncia así:
 
Establecido el marco institucional que requieren la libertad y la igualdad de oportunidades equitativas, las expectativas más altas de aquellos que están mejor situados son justas solo si forman parte de un esquema que mejora la expectativas de los miembros menos favorecidos de la sociedad.
 
Rawls acepta el intuicionismo ético. Según él, la intuición nos dice que las desigualdades de nacimiento son injustas, que la intolerancia racial o religiosa es injusta, que la acumulación de poder es injusta, etc. Lo que la intuición no nos dice es cuál es la correcta distribución de la riqueza y cómo deben corregirse tales desigualdades. Los principios anunciados proporcionan un criterio, pero un criterio que habrá que ir ajustando a las variaciones que presenta la realidad, que, de entrada, es imprevisible. De esta forma, los principios de la justicia proporcionan a las instituciones unas pautas a las que deben atenerse a la hora de resolver conflictos y tomar decisiones.
 
Rawls presenta un enfoque muy interesante del que partir con vistas a lograr una sociedad libre e igualitaria.

 

 

Posición Original de Philosophyink - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=52038667. Transformado de SVG a jpg por el autor.

 

viernes, 29 de marzo de 2024

ÉTICA XVI: EL CÍRCULO DE VIENA

 



A Ludwig Wittgenstein también se le incluye como perteneciente a la filosofía analítica. Publicó en 1921 el tratado lógico-filosófico (Tractatus logico-philosophicus) que fue texto de referencia para el Círculo de Viena. Básicamente, vino a decir que no podemos aplicar a las conductas las misma reglas que damos (que la ciencia da) a los fenómenos físicos. Así, concluye que no podemos hablar, en términos científicos, de la ética, aunque sí podemos pensar en ello aunque no se puede hacer usando palabras dado que solo describen cosas del mundo que experimentamos. Esta idea, como hemos visto similar a la defendida por Moore defiende que ni la ética ni la metafísica son ciencias dado que su lenguaje no habla de la realidad ni de los hechos.

Moritz Schlick fundador y alma del círculo de Viena afirma que la ética es una ciencia normativa pero no absoluta sino relativa a cada época y sociedad. El fundamento de las normas morales se encuentra en la sociedad y el egoísmo no es más que la ausencia de los impulsos sociales. Según él, todos somos egoístas, la moral nos hace mostrarnos a los demás como que no lo somos.
 
Otro miembro del círculo, Alfred Jules Ayer indica que las intuiciones éticas, que defendía Moore, no son verificables. Afirma que los conceptos éticos no son analizables pero no porque sean intuiciones sino porque son pseudoconceptos y carecen de contenido fáctico. Por ejemplo si yo digo "usted ha obrado mal al robar ese dinero" el hecho que afirmo no es superior que al que digo con "usted robó ese dinero". El resto de lo que se dice en la frase simplemente indica mi desaprobación moral que también pude haberlo expresado mediante el tono o el sentido de la exclamación.
 
Esa es en efecto la tesis del emotivismo ético: los juicios de valor expresan en el mejor de los casos los sentimientos o las emociones de quienes los emiten, no añaden nada a la información que tenemos sobre la realidad empírica sino que se refieren a mi aprobación o desaprobación concreta de esa realidad. Al mismo tiempo, sin embargo, y no es banal señalarlo, los juicios éticos pretenden suscitar sentimientos en los demás e incitar a la acción. Tienen una acción persuasiva.
 
A estas tesis contrapone sus ideas R.M.Hare que afirma que ese tipo de frases no necesariamente tienen que ser persuasivas sino quizá solo están "recomendando" una conducta. Según él, todos tenemos unos principios fundamentales que nos han sido enseñados de forma que cuando alguien debe decidir como comportarse en una situación debe confrontar los hechos con los principios que ya posee, poniendo en marcha lo que él llama "pensamiento crítico". 

Por ejemplo, el deber general es salvar la vida de una persona, pero puede ser bueno dejar morir a un paciente que sufre, que piensa que su vida carece de dignidad y que solicita que lo ayuden a no seguir viviendo.

Esta falta de "pensamiento crítico" puede devenir en dogmatismo y fanatismo, por tanto es necesario que los principios éticos sean flexibles.

Aquí comienza el declive de esta ética analítica que se centra en los términos éticos sin entrar a dilucidar los problemas éticos que afectan a las personas y provocan conflictos en la sociedad.

Cualquier pensamiento o conclusión moral dependerá de las circunstancias. 

Grandes defensores de la paz como Gandhi, Martin Luther King, Yasir Arafat o Isaac Rabin fueron asesinados. ¿Qué moral llevó a asesinar a todos ellos? Alguien que puso los intereses de su grupo (religioso, nacional, étnico) por encima del bien común.


Viena hacia 1923 de Carl Robert Rädler (1881–1940) - Dorotheum, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=57147246

 

domingo, 24 de marzo de 2024

ÉTICA XV: MOORE

 


 

Kant ya se preguntó: ¿por qué las ciencias progresan y la filosofía permanece estancada?. A principios del siglo XX triunfaba el positivismo científico, es decir, que no existe conocimiento que no parta de la experiencia. En una época donde la filosofía era cada vez más oscura, inescrutable y especulativa apareció la filosofía analítica que trata de clarificar la tarea del filósofo mediante una reflexión que explique de qué estamos hablando cuando utilizamos conceptos tan vagos como el bien, el espíritu, el ser o la nada.
 
El primer filósofo analítico fue el británico George Edward Moore. Según él no hay que preguntar ¿qué es bueno? sino más bien ¿qué significa bueno?. Fijándose para ello en lo que han dicho sobre el término la mayoría de los filósofos precedentes descubre que casi todos han incurrido en un error, error que él denomina "falacia naturalista". Por ejemplo, decimos que el placer, la inteligencia o la felicidad son buenos pero si los analizamos bien, nos damos cuenta de que ninguno de esos conceptos asociados a bueno agotan en realidad el significado total de bueno. La conclusión a la que se llega con tales argumentos es que "bueno" es un atributo indefinible, pues la definición de una cosa consiste en enumerar las partes que la componen y, sin embargo, es imposible enumerar las partes que pueden componer "bueno". "Bueno", sencillamente, no tiene partes y no se puede definir. Denota una "cualidad simple e indefinible".
 
La "falacia naturalista" consiste en el hecho de identificar lo que es, un hecho, algo natural, con lo que debe ser, un valor, algo que Victoria Camps apunta, ya había sido denunciado anteriormente por Hume.
 
La salida que da Moore para producir una ética es indicar que ésta viene inspirada por la intuición. Según él, para un intuicionista, no podemos dar una definición satisfactoria de bueno pero sí podemos pensar en "el ideal" o el bien absoluto. Y aunque ciertamente es difícil, si no imposible, descubrir ese ideal, Moore lo intenta tratando de pensar qué cosas tienen un valor intrínseco o qué cosas son valiosas en virtud de ellas mismas. En el último capítulo de su libro "Principhia Ethica" indica:
 
Las cosas que deberían existir por sí mismas, los bienes mayores, son dos:
1) los goces estéticos
2) los afectos personales
Es decir, la belleza y la amistad son los bienes máximos.
 
En conclusión, para Moore, el error histórico de la ética ha consistido en tratar de decir qué es la virtud o qué es bueno, que es algo que no se puede definir dado que no se puede explicar mediante un conjunto de propiedades naturales observables. Él defiende que la intuición puede proporcionarnos el conocimiento de qué es valioso por sí mismo.
 
La filosofía analítica terminó de separar ciencia de filosofía y dejó claro que no podemos estudiar los comportamientos igual que se estudian las ciencias naturales.
 

 G.E.Moore de Ray Strachey, born Rachel Pearsall Conn Costelloe (4 June 1887 London – 16 July 1940) - https://www.npg.org.uk/collections/search/portrait/mw17626/Oliver-Strachey-GE-Moore-John-Maynard-Keynes-Baron-Keynes, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=78757550

martes, 19 de marzo de 2024

ÉTICA XIV: NIETZSCHE

 


He dudado si incluir una entrada a este filósofo pero creo que es importante incluir puntos de vista diferentes. También quiero comentar que en este caso condensar en una entrada de blog el pensamiento de Nietzsche no me ha sido fácil, he buscado apoyo en otros textos y en unas horas que he dedicado a la entrada seguro que el resumen no es el mejor que se puede encontrar por internet.

Nietzsche no creía en Dios y en sus obras ataca a la moral cristiana que se basa en un ser todopoderoso que  proporciona esa base para esa moral. Como ese ser no existe, la moral cristiana carece de sustento y por tanto no tiene ningún fundamento.
 
Nietzsche compara la moral cristiana con la moral griega y indica que la moral griega es la moral del señor mientras que la moral cristiana es una moral de esclavos. 
 
Según él, en Grecia distinguen los buenos que son los nobles de los plebeyos que son los malos (aquí Victoria Camps cita al poeta griego Teognis) en cambio los judeocristianos han ensalzado las virtudes del débil como el sacrificio, la humildad, la pobreza, según él como resentimiento ante el poder de los nobles.
 
En su obra "La genealogía de la moral"  expone que la envidia del débil buscando esclavizar al fuerte con él, ha hecho que la sociedad occidental ensalce a los compasivos, los altruistas, los humildes en lugar de ensalzar los valores superiores (para él) como lo activo, lo fuerte, lo dominador, la fe en sí mismos o el orgullo propio.
 
Con sus críticas, se podría pensar que Nietzsche lleva a la simple destrucción de toda la moral occidental de su época basada en el cristianismo, por el procedimiento de desvelar que lo que parecía superior es tan bajo como todo lo demás.
 
La pregunta por tanto es ¿realmente podrá mantenerse la moral quitándole todas las máscaras?
 
Al final del capítulo, Victoria Camps indica que hubo muchas reacciones contrarias a las ideas de Nietzsche, y destaca a Max Scheler que está de acuerdo con Nietzsche en cuanto a que el resentimiento es un síntoma de la debilidad de la vida y produce un trastorno que destruye la verdadera moral o moral objetiva, pero ese resentimiento no procede de la moral cristiana sino de la moral burguesa que defiende los valores de la utilidad antes de los valores de la vida.
El resentimiento deforma los valores porque nace de la contradicción entre el deseo de tener algo y la impotencia de alcanzarlo.

Según Pablo Ciliberti, décadas más tarde el nazismo manipuló el pensamiento de Friedrich Nietzsche para legitimar su ideología y consolidar su poder. Aunque Nietzsche no abogó directamente por las ideas nazis, ciertos elementos de su filosofía fueron reinterpretados y distorsionados para encajar en la agenda del régimen de Adolf Hitler. Esta interpretación selectiva proporcionó una apariencia superficial de apoyo intelectual a un régimen que buscaba consolidar su poder y promover objetivos discriminatorios y perjudiciales.

En realidad no sabemos si Dios existe, ni de existir como es. Pero el hecho de que Dios no exista o no sea como dicen los cristianos no invalida la moral cristiana. ¿Acaso son malos los mandamientos que Moisés recogió en las Tablas de la Ley? No matarás, no robarás, honrarás a tus padres, ... ¿alguien puede dudar de que estos "principios éticos" son buenos? 

Si buscamos una ética para el hombre moderno ¿acaso no podemos empezar utilizando los principios éticos que muchas religiones han establecido y han sido seguidas por millones de personas?

 

Friedrich Nietzsche, circa 1875 de Friedrich Hermann Hartmann - https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/04/10/0b/04100baec90c105729b47f33c371476b.jpg, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=95970

jueves, 14 de marzo de 2024

ÉTICA XIII: MILL Y TAYLOR

 

 


John Stuart Mill y Harriet Taylor fueron un matrimonio que aportaron grandes ideas a le ética en el siglo XIX. Aunque el autor de los escritos fue Mill, señaló a su esposa como la inspiradora y en parte también autora de lo mejor de todos sus escritos. Escribió: "todo lo que escrito durante muchos años es atribuible tanto a ella como a mí" aunque las críticas de Taylor a algunos escritos de Mill hacen que algunos autores pongan en duda esta total colaboración.

Aceptaron la definición que hizo Bentham del utilitarismo pero se distanciaron de él al sostener que los placeres se distinguen entre sí por la calidad y no sólo por la cantidad. Hay placeres mejores y peores:

Es mejor ser un hombre insatisfecho que un cerdo satisfecho; es mejor ser Sócrates insatisfecho que un loco satisfecho.

Los Mill piensan la función de las leyes y de las disposiciones sociales es armonizar el interés privado y el público. Así los Mill parecen destinar el criterio utilitarista a la valoración de la legislación o de las políticas, en cambio la moral individual consideran que es más compleja y que va más allá de la motivación por el placer.

Es por ello que en su libro "sobre la libertad" (que Mill declara haber realizado estrechamente con su esposa) hace una defensa entusiasta del valor intrínseco de la libertad individual y en especial de la libertad de pensamiento y de expresión, el medio más al alcance de cada persona para estructurar y manifestar su individualidad, que es un requisito previo para la creatividad y la diversidad. 
 
Este libro es un alegato contra la tiranía social, la tiranía de la opinión de la mayoría. Es un rechazo absoluto y contundente del paternalismo ejercido por el estado para preservar un supuesto bien de la persona; un bien que le pertenece solo a cada uno y en el que debe condenarse todo tipo de interferencia exterior.
 
Los límites del poder político y social para intervenir en la libertad de las personas tienen un denominador claro y es el daño o perjuicio a otros. Ir más allá, y ejercer este poder contra alguien con el fin de procurarle un bien o cualquier cosa que se considere que pueda beneficiarle no es legítimo:
 
Nadie puede ser obligado, justificadamente, a realizar o no realizar determinados actos, porque eso fuera mejor para él, porque le haría feliz, porque, en opinión de los demás, hacerlo sería más acertado o más justo. Son buenas razones para discutir, razonar y persuadirle, pero no para obligarle o causarle algún perjuicio si obra de manera diferente. 
 
Defiende el "genio" del individuo que se atreve a ser original y distinto. Quien se deja arrastrar por las tendencias de la masa cae en la mediocridad imperante, que es uno de los grandes peligros de la humanidad.
 
En su libro "sobre la libertad" se detiene especialmente en la consideración de la libertad de "pensamiento y discusión". La verdad absoluta no la tiene nadie sino que se descubre y se alimenta por el contraste de opiniones diversas. Por tanto carece de sentido una ley sancionadora por delitos de opinión. La diversidad de puntos de vista y de creencias es buena para combatir las "creencias muertas" que son aquellas que se aceptan por costumbre y sin discusión alguna. Además de potenciar la individualidad de las opiniones y creencias, valorar la opinión por el simple hecho de ser la manifestación de una mente individual es una vía para la protección de las minorías.  
 
En nombre del individualismo se oponen a la "ley del matrimonio" vigente en aquella época, que otorga al hombre poderes abusivos sobre la mujer y la mantiene bajo su dominio sin tener en cuenta su deseo o su voluntad. Sostienen que la igualdad de derechos hará a las mujeres menos sacrificadas y a los hombres menos egoístas.

Filósofos posteriores han puesto especial cuidado en distinguir entre el bien y la justicia que son dos conceptos que no se deben confundir y habrá que ver si es objeto de la ética regular ambos valores. El utilitarismo, por el contrario, deduce lo que es justo de lo que los individuos consideran que es bueno para  ellos, una deducción no solo falaz, sino éticamente peligrosa.
 
Ciertamente hoy en día obligamos a la gente a llevar el cinturón de seguridad en el coche o el casco en la moto, Hill no estaría de acuerdo con estas obligaciones, si uno quiere jugarse la vida está en su derecho, según su argumento. Investigando a Mill más en profundidad argumenta que la sociedad sí que puede intervenir para evitar el suicidio porque según él "una persona no tiene la libertad de renunciar a su libertad". Como comenté con Bentham los planteamientos éticos sencillos no son válidos, la ética no es tan fácil de formalizar.
 
No obstante no cabe duda de que Mill y/o su mujer sí que plantearon muchas ideas avanzadas para su tiempo sobre todo en la igualdad de la mujer.
 
 
 
Imagen:Gender equality scale remix de Ngozi osadebe.  Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional. Wikimedia Commons 

sábado, 9 de marzo de 2024

ÉTICA XII: BENTHAM

 


 

Cuando estudié filosofía, el plan de estudios empezaba por Platón y acababa con Marx. El libro de Victoria Camps que tomo de referencia para estas entradas del blog dedica varios capítulos a otros autores más modernos y casi todos desconocidos para mí antes de comprar el libro. Después de Marx dedica un capítulo al utilitarismo.

Jeremy Bentham inventó el utilitarismo. Según él, el “principio de utilidad” consiste en que lo bueno es lo "útil" o lo que aumenta el placer y disminuye el dolor. Puesto que todos los hombres aspiran a ser felices y eso es indiscutible, los utilitaristas creen que el criterio de la moralidad no es otro que la felicidad de la mayoría.

El objetivo de una teoría moral es encontrar la manera de armonizar la felicidad individual y la felicidad colectiva. Utilidad y felicidad son, pues, dos ideas equivalentes, casi sinónimas. Las personas se mueven por el interés privado, buscan lo que les es útil porque aspiran así a la felicidad.
 
El principio de utilidad es a la vez un principio moral y político. Es moral porque ha de ser asumido por el individuo y es político porque el propósito es una legislación mejor.
 
No cabe duda de que el principio del utilitarismo es atractivo e incluso el más operativo cuando entran en conflicto intereses contrapuestos, como es habitual en las democracias modernas. 
 
Esta forma de pensar por la regla de la mayoría parece la única manera eficiente y rápida de zanjar un conflicto de intereses contrapuestos, pero hay un peligro si se contempla solo la autoridad de las leyes: Los derechos fundamentales que en ningún caso pueden dejar de ser respetados marcando un límite al cálculo de utilidades. Por ejemplo puede que los intereses de la mayoría consistan en construir escuelas y hospitales, pero puede ocurrir también que consistan en querer expulsar del territorio a los inmigrantes o en volver a instalar la pena de muerte allí donde está prohibida. Una ética de las consecuencias, como es la utilitarista, es aceptable siempre y cuando no se olvide que, además, hay principios.
 
La idea de bien común o interés público, imprescindible para el buen funcionamiento de la democracia no puede ser reducida sencillamente a una, por otra parte imposible, suma de intereses individuales.
 
Una ética basada en este planteamiento parece sencilla en esencia, "lo que haga feliz a la mayoría es lo aceptable" pero a la hora de aplicarlo a la realidad es mucho más complejo de lo que parece en principio. Establecer los límites al utilitarismo, es decir, cuales son esos principios o derechos fundamentales que en ningún caso se pueden violar no es una labor sencilla, se hace necesaria un reflexión adicional para decidir cómo y hasta donde llegan esos principios o derechos fundamentales.

 

Jeremy Bentham de Henry William Pickersgill Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6584649

lunes, 4 de marzo de 2024

ÉTICA XI: HEGEL Y MARX

 


Hegel no comparte la idea de que el sujeto tenga que aceptar como deberes unos principios con los que no se identifica ni seguramente puede hacerlo. La moral kantiana es una moral de deberes puros, extraños a la persona e independientes de su naturaleza.

 
El deber kantiano lo encuentra el sujeto que piensa y lo hace forma racional. Esto es un error, a juicio de Hegel, para quien en el individuo en solitario no es racional porque su subjetividad se lo impide. Así, "la ética absoluta no es otra cosa que un pueblo", ese pueblo al que Hegel llama Estado. 
 
El pensamiento ético de Hegel se asienta en autores griegos y en la estructura socio-política de la polis. Cree además que los griegos tenían razón al afirmar que "ser ético es vivir de acuerdo con las costumbres del propio país". Subscribe la respuesta de un pitagórico citado por Diógenes Laercio, al que, al preguntarle cuál podría ser la mejor educación para los hijos, respondió: 
 
"Que le hagan ciudadano de un pueblo con buenas instituciones".
 
Según él, las instituciones estatales son el producto de muchas mentes, un patrimonio común de realizaciones colectivas cuyos éxitos y fracasos son los de los individuos.
 
Abandona por completo una moral de la intención, como era la kantiana. Para él, los resultados son más importantes que los buenos propósitos.
 
La sociedad libre y racional no existe, pero existirá. El final es una necesidad lógica de la historia de forma de cada época mejora y es más perfecta que la anterior porque el pensamiento es más total y más racional.
 

 
 
Marx recoge de Hegel, la idea de que la libertad no es real y que se debe ir superando las limitaciones que le impone un orden social dominador.
 
Que la libertad se haya impuesto como valor fundamental a partir del derecho de propiedad y que éste haya sido entendido como un derecho "natural", pone de manifiesto el engaño implícito en cualquier doctrina moral que, lejos de apuntar a un mundo mejor, más justo y más libre, lo que procura es mantener el orden social existente en el que sólo unos cuantos son propietarios, se dedican a acumular riqueza y explotan a los trabajadores. Una moral nacida de una sociedad de clases no puede ser sino ideológica. Las ideas morales sólo justifican el dominio y los intereses de los que detentan el poder con el fin de que los oprimidos no salgan de la situación de seres dominados.
 
Como Hegel, cree que la sociedad evolucionará hacia una sociedad libre, de individuos iguales, donde no hará falta ninguno de los sistemas de coacción ideados para mantener el orden, no habrá estado ni derecho, ni religión ni, por supuesto, normas morales: la sociedad comunista.
 
Piensa que es el hombre el que debe encargarse de hacer que la sociedad evolucione.
 
Para nosotros el comunismo no es un estado que deba implantarse, un ideal al que haya que sujetar la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que supera el actual estado de cosas. Las condiciones de este movimiento se desprenden de los presupuestos actualmente existentes.
En una sociedad comunista se establecerá el criterio de: 
De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades.

 

¿Realmente la historia evoluciona a un mundo más igualitario y más justo? Mirando hacia atrás con perspectiva podemos decir que hemos mejorado: desaparición de la esclavitud, declaración de los derechos humanos, seguridad social, tribunales internacionales, agenda 2030... pero no ha sido un camino lineal, más bien ha sido una espiral con subidas y bajadas, no solo en Europa. Por ejemplo, el imperio Maya tuvo su apogeo en el primer milenio después de Cristo y cuando llegó Colón no era más que un vestigio de lo que fue. Y no hay más que echar hoy en día un vistazo a las noticias para ver como siguen destacando la guerra y la violencia. Tenemos como humanidad un desafío tremendo para reducir la contaminación y evitar el cambio climático y nos permitimos el lujo de seguir lanzando bombas.

  


Retrato de Hegel de Lazarus Gottlieb Sichling/ Según Julius Ludwig Sebbers - http://www.hegel.net/en/gwh3.htm, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=111424
Retrato de Karl Marx de John Jabez Edwin Mayall - Instituto Internacional de Historia Social, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=591288

miércoles, 28 de febrero de 2024

ÉTICA X: KANT

 


 

 

Los filósofos de todas las épocas se han preguntado si el hombre actúa en base a la razón o en base a la emoción. Tras mucho debate hoy en día se podría concluir que realmente actuamos con ambas: hay veces que razonamos las cosas y llegamos a tomar ciertas decisiones en base a la razón pero otras la emoción es la que nos impulsa a tomar las decisiones. Y es que en el fondo la emoción es un modo de resolver de forma sencilla y rápida cosas que nos costaría mucho esfuerzo o tiempo razonar.
 
Kant es el "máster" de la razón y defiende que con ella debemos explicar y resolver los problemas morales. Admira a Hume pero no está de acuerdo con él pues está convencido de que existen leyes morales puras que determinan a priori, sin motivos empíricos, lo que se debe hacer.
 
En su fundamentación de la "Metafísica de las costumbres" da una serie de pasos e "imperativos" que podría detallar en esta entrada del blog pero que esencialmente lo que proponen es que el fin último del ser humano no debe ser la felicidad sino ser digno de ella mediante mediante el cumplimiento del deber.
 
Para ello debe seguir la voluntad buena o el imperativo moral que impone el deber de la lealtad, la sinceridad y la fidelidad.

Existen unas leyes morales y para definirlas indica que sólo es moralmente bueno aquello que debería ser bueno universalmente y valer para todos sin excepción.
 
Libertad e igualdad también son máximas del deber:
 
El ser libre hace lo que quiere, que no suele ser lo mismo que quiere el otro. La ley moral tiene que ser universal. Además de ser libre y autónoma tienen que quererla sin excepción y coincidir en ella todos los seres racionales. Somos autónomos, sí, pero lo somos para darnos una ley cuyos requisitos para ser moral es que sea la misma para todos.
 
El hombre vive escindido entre lo que debe ser y lo que es. Una escisión que constituye otra de las grandes aportaciones de su ética, ya que, si el conflicto interno no existiera, la ética no sería necesaria; estaríamos en el reino de los fines donde ser y deber ser coinciden.
 
Kant ha sido criticado porque rechaza de un plumazo todos los relativismos anclados en la diversidad cultural y de la costumbres y plantea una ética de principios universalizables que tiene que ser abstracta y formal porque la unidad de la razón que Kant busca, se encuentra solo en los grandes conceptos: justicia, paz, libertad, igualdad,... pero desaparece a medida que concretamos y damos contenido a sus ideales.
 
Algo que es correcto en teoría puede no ser correcto al aplicarlo en la práctica. Por otro lado si es el individuo el que ha de juzgar si la máxima de su acción es universalizable, un individuo que no es solo razón sino una amalgama de deseos e inclinaciones, en ocasiones, puede justificar cosas completamente amorales.

Kant intentó establecer una ética basada solo en la razón, pero las personas nos movemos también por sentimientos. No obstante para una Inteligencia Artificial un planteamiento tan aséptico podría ser válido pues las IAs no tienen sentimientos.

¿Y realmente queremos un mundo donde las decisiones se tomen sin sentimientos?
 
 
Immanuel Kant por Gottlieb Doebler - http://www.philosovieth.de/kant-bilder/bilddaten.html, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=32847847

 

miércoles, 21 de febrero de 2024

ÉTICA IX: ROUSSEAU

 

 


Rousseau plantea un regreso a la naturaleza pues afirma:
El mal primigenio y todo lo perverso está en la sociedad.

 Con la agrupación social nace la desigualdad.

 
A diferencia de los autores anteriores Rousseau arremete contra la propiedad como origen de todos los males y de la división y discriminación entre los humanos.
 
Con la civilización el hombre se transforma deja de ser auténtico y pone el parecer por delante del ser, porque vive de cara a los demás y le importa el reconocimiento de los otros. Todo cuanto le rodea le invita a mostrarse diferente de como es y aparentar lo que los otros quieren ser. Y de todo ello es culpable la propiedad privada:
 
El primero que habiendo cercado un terreno se atrevió a decir "esto es mío" y encontró gente tan estúpida como para creérselo, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. ¡Cuántos crímenes, guerras, muertes, cuántas miserias y horrores habría ahorrado el género humano quien, arrancando las estacas, o llenando el foso, hubiera gritado a sus semejantes: "guardaos de escuchar a este impostor; estáis perdidos si olvidáis que los frutos son de todos y que la tierra no es de nadie"!.
Rousseau plantea la historia en una serie de etapas que van desde el mundo salvaje, pasando por el actual donde aparece la propiedad privada y el despotismo de los ricos, hasta una sociedad final donde reina el imperio de la "voluntad general".
 
Hay que superar la inestabilidad inherente a la sociedad burguesa en la que prima el egoísmo sobre el bien general para alcanzar un auténtico pacto social que dará paso a la sociedad política ideal.
 
La voluntad general pretende representar esa voluntad a favor del bien común, que debería ser la de todos los ciudadanos, aunque, de hecho, no coincide nunca con lo que quieren todos y cada uno. No puede ser la voluntad de unos pocos que pretenden dominar a los demás, sino la expresión de aquello que todos deberían anhelar porque coincide con el bien de todos.
 
Y ¿cómo se llega a esta voluntad general? Para ello está la democracia y anticipa lo que luego afirmarán todas las éticas procedimentales: la voluntad general surgirá de un pacto social que permita la participación de todos los ciudadanos en la elaboración de las leyes, sin exclusión de nadie. Una participación, por otra parte, en la que se sepa renunciar a las singularidades y buscar lo común, pues cada individuo tiene como tal una voluntad particular que no tiene por qué coincidir con la voluntad que debería tener como ciudadano. Para ello es fundamental que el pueblo reciba una correcta educación y además hay que vigilar que la comunicación entre las personas no sea manipulada.
 
La tensión entre individuo y sociedad siempre ha sido el tema de la ética.
 
El hombre sin duda es un animal social pero ¿es también la sociedad la que hace que salgan sus peores instintos? Sin sociedad no tendría sentido la palabra egoismo,  pero tampoco lo tendría la compasión, la solidaridad o la fraternidad.

La ética trata de responder a esa cuestión de cómo debemos comportarnos cuando vivimos en sociedad.
 
 
Jean-Jacques Rousseau (painted portrait) de Maurice Quentin de La Tour - Desconocido, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=24158

 

domingo, 18 de febrero de 2024

ÉTICA VIII: HUME

 


A lo largo de las anteriores entradas nos ha quedado la duda de si la tendencia original y "natural" al referirse a la condición humana es el egoísmo o la benevolencia. Muchos filósofos han optado por una u otra sin llegar a demostrar cuál es la verdadera.

 
Es de destacar, por ejemplo, a Bernard de Mandeville que en su libro "La fábula de las abejas" desarrolla la teoría de que el hombre siempre actúa con egoísmo y en busca de su interés particular, lo cual, a su juicio, no es negativo, ya que gracias a los vicios privados, como el afán de lucro, progresa la economía y ello redunda en beneficio de todos. Una tesis que se ha convertido en el principio fundacional de eso que hoy llamamos el neoliberalismo.
 
Otra duda que ha enfrentado a los filósofos es si la moral debe definirse en base a la razón o es algo que se siente.
 
Victoria Camps señala a Hume como uno de los defensores del pensamiento empirista es decir que la moral está basada en el sentimiento y al servicio de las pasiones.
 
"La razón es inerte, no influye en la conducta, sirve para descubrir la verdad o la falsedad, pero no mueve a actuar. La moral, en cambio, necesita las pasiones y produce o previene ciertas acciones".
 
A diferencia de Hobbes o Spinoza, afirma sobre el contrato social:
 
"Nunca el poder político se ha originado en un contrato, consentimiento o compromiso mutuo de todos los seres humanos. Quienes defienden el contrato social olvidan que el origen del poder político siempre ha sido la conquista, la usurpación o la sumisión involuntaria".
 
También afirma:
 
"Que no podamos aludir a la teoría del contrato como fundamentación del estado y del derecho no significa que no sea necesaria la justicia pues el sentimiento de simpatía por sí solo no evita las guerras ni los conflictos humanos que llevan a la dominación de unos por otros".
 
"Es necesaria a la justicia porque es un requisito para el bienestar de la humanidad y para la existencia de la sociedad. Todas las instituciones que dan soporte a la justicia son una necesidad social. Existen otras virtudes sociales más instintivas o "naturales" que nacen de las relaciones estrechas entre las personas, las relaciones filiales o de amistad, pero la virtud social de la justicia tiene un origen distinto porque su propósito es la felicidad no de los más allegados, sino de toda la sociedad y aún de toda la humanidad, el bien general". (...)
 
"Hace falta la justicia porque existe la sociedad y porque no hay suficientes recursos para proporcionar a todos lo necesario (aquí  hace referencia al concepto de que también señaló Locke de "propiedad"). En una sociedad de la abundancia no haría falta a la justicia porque no sería preciso repartir nada. Tampoco sería necesaria la justicia si los hombres fueran benevolentes y desinteresados con todo el mundo, pero el sentimiento de benevolencia y la imparcialidad no suele aplicarse por igual a todos los hombres. Así, la justicia tiene un fin que la benevolencia por sí sola no satisface. La justicia actúa en beneficio de la sociedad, la seguridad y el orden".

 

En una sociedad, lo justo y lo injusto es el resultado de las acciones del individuo dentro del marco social acordado para la convivencia: El que actúa de acuerdo a las leyes de justicia, es un hombre bueno y el que se deja vencer por el egoísmo y no las respeta, es un mal hombre. Ser bueno o malo es el resultado de la obediencia o no de las leyes sociales de justicia.


 

Grabado de David Hume de Simon Charles Miger after Charles-Nicolas Cochin II - Esta imagen fue donada a Wikimedia Commons por en el marco de un proyecto del Galería Nacional de Arte., CC0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=81929680

martes, 13 de febrero de 2024

ÉTICA VII: LOCKE

 


Contemporáneo de Spinoza es John Locke, uno de los padres fundadores del pensamiento liberal. Victoria Camps afirma que "el bagaje intelectual que respaldó la revoluciones americana y francesa, así como, posteriormente, la independencia de los países de América Latina, refleja la herencia del pensamiento de Locke".

 
Junto a Hobbes es uno de los teóricos de referencia de la teoría del contrato social. Locke se propone elaborar una teoría que legitime la autoridad política y al mismo tiempo establezca los límites de la misma.
 
La cuestión es quién debe detentar el poder. No puede ser a partir de herencias o privilegios sino de un pacto o contrato entre todos los hombres. No hay hombres superiores a otros que tengan exclusiva potestad de gobernar, todos los hombres son igualmente libres. Cualquier usurpación arbitraria del poder no consentida por los gobernados debe ser rechazada en nombre de la libertad e igualdad de los seres humanos. Ese es el único fundamento moral del poder político.

El derecho de propiedad como derecho natural por antonomasia es el eje en torno al que se mueve el pensamiento político liberal tal y como él lo planteó y así ha seguido entendiéndose a lo largo de los siglos hasta nuestros días.
 
Rousseau unos años más tarde consideró justo lo contrario, que la propiedad privada estaba en el origen de la desigualdades pero Locke era más optimista o más ingenuo:
Así cada hombre puede apropiarse de lo que pueda necesitar y usar pero solo de eso y siempre cuando queden cosas suficientes y de la misma calidad para el resto de la comunidad.

Pero el hecho de que los hombres pudieran acumular riquezas (en oro, plata y metales) y apropiarse de más de lo que se necesitan, significaba que el derecho de propiedad puede constituirse en una fuente de injusticias. De ahí que sea necesario una sociedad política que legisle y ordene lo que por ley natural es indiscutible.
 
Nadie puede ser eximido de las leyes pero para que esa obligación sea válida tiene que ser consentida por toda la comunidad.
 
A diferencia de Hobbes que recordemos, se basaba en el miedo, justifica la necesidad del Estado porque es el que se encarga mediante la ley de la protección de la vida, la libertad y la propiedad privada de cada ciudadano.
 
Si la justicia se define como el deber de "dar a cada uno lo suyo", debe haber una regulación política que se haga cargo de tal máxima y que ha de determinar también a quién nos referimos cuando decimos "lo suyo", o que le corresponde a cada uno.
 
Esto podría interpretarse como una primera aproximación al reconocimiento de los derechos sociales.
 
"Justicia es una palabra que está en boca de todo hombre pero con una significación muy determinada y difusa". De ahí que los significados no sean lo mismo para todos: Las ideas morales raramente tienen el mismo significado para dos hombres diferentes.
 
 
Locke se adelantó a su época, afirmó que "todos los hombres son igualmente libres" cuando aun existía la esclavitud.
 
Para que una comunidad funcione Locke señala la necesaria separación entre el poder legislativo del parlamento, el ejecutivo que podría ser del rey y el judicial. Para asegurarse de que la leyes se cumplan es necesario un poder judicial independiente.

 

 

Estatua de John Locke en el 6 Burlington Gardens, Londres.  Foto: Andreas Praefcke - Fotografía propia, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=15582545