Llevo casi toda la vida estudiando,
EGB, BUP, 3 veces en la Universidad... eso da un bagaje que permite
saber cuando un profesor es bueno o no. Así he encontrado profesores
con los que he aprendido mucho, donde estaba esperando que fuera la
hora de la clase para entrar, donde pensar que hoy tenía clase con
él, era esperar un momento placentero del día, esos son buenos
profesores. Y también los he tenido en el caso opuesto, donde la
clase era una auténtica pesadilla, donde no me enteraba de nada y
donde estaba temiendo que llegara esa clase pues iba a ser la hora
más aburrida del día.
Entre medias también hay diferentes
categorías de profesores unos que hacían la clase más entretenida
pero no aprendías mucho, otros que la clase era aburrida pero
explicaban las cosas con claridad y con un poco de esfuerzo lo
acababas pillando.
Y es que cuando un alumno fracasa puede
ser culpa del alumno, pero cuando fracasa una clase entera no cabe
duda de que la culpa es del profesor.
¿Y como solucionar esto? El sistema
educativo público en España asigna plazas fijas a los profesores,
si el profesor aburrido que he comentado antes es catedrático o
profesor titular, no hay nada que hacer, tiene su plaza fija y
decenas de alumnos toda su vida tendrán que soportar sus deficientes
enseñanzas. Yo propondría dejar otras tareas para este tipo de
profesores: tareas organizativas, administrativas, investigadoras,
pero en ningún caso permitir que los alumnos tengan que pasar por la
pesadilla de soportar a un profesor de este tipo. La principal
dificultad aquí es distinguir a este tipo de profesores ¿como
identificarlos?. En este caso se me ocurren dos caminos:
- Encuestas a los alumnos: Está claro que si un curso tras otro los alumnos dicen en sus encuestas que un profesor no enseña bien es que es así. Un año puede encontrarse con una clase crítica pero no varios años y lo ideal sería que tras un par de años con encuestas negativas trasladar al profesor a otro centro educativo para comprobar que efectivamente las encuestas siguen siendo desfavorables.
- Evaluaciones externas a los alumnos: En contra de lo que opina alguna gente que no quiere este tipo de pruebas, creo que incluso en primaria es bueno para conocer la calidad de la enseñanza, evaluar a los alumnos al final de cada curso, en una prueba anónima (no para evaluar al alumno) con el fin de conocer el nivel de enseñanza de cada centro y más específicamente de cada profesor. Está claro que en estos casos hay que tener en cuenta muchos condicionantes, como los resultados previos de esos mismos alumnos si los había y que el tipo de controles a hacer no es igual en una escuela de primaria que en la Universidad.
España no para de triunfar en el mundo
con sus deportistas, no cabe duda de que los entrenadores de estos
deportistas han sido un elemento determinante en estos triunfos.
¿Por qué no pueden triunfar también en el mundo los médicos,
ingenieros, humanistas, etc. españoles?. De un profesorado de calidad
depende ello en gran parte.
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