En el libro "Breve historia de la ética" de Victoria Camps que me ha servido de guía para estas XXI entradas sobre ética, termina las distintas corrientes morales y éticas hablando de los republicanos, no como los que están en contra de la monarquía sino como otra corriente filosófica entre los que destacan Skinner, Pocock o Pettit.
Los republicanos retoman la división entre una "libertad
negativa" y una "libertad positiva". La primera es la libertad liberal,
la libertad entendida sólo como ausencia de intervención por parte del
estado en los asuntos privados o individuales. Es la libertad mínima y,
para algunos pensadores, insuficiente desde el punto de vista moral, pues la libertad negativa no obliga a hacer nada salvo cumplir las
leyes, que no es poco, sin duda, pero que no compromete al individuo
como agente moral autónomo y capaz de elegir su propia vida.
En
la libertad positiva está la voluntad de la persona que no dejarse
dominar por nada ni por nadie y de ser, por lo tanto, dueña de su propia
vida y destino. Debería ser el ideal político del estado republicano:
procurar que los ciudadanos se vean libres de cuantas dominaciones
arbitrarias pesan sobre ellos. Es una ciudadanía comprometida con un
bien común, que sirve a la sociedad participando políticamente y
compartiendo los bienes sociales que ella misma contribuye a fijar.
Apunta Philip Petit que la idea fundamental es proteger al ciudadano tanto de la dominación pública como de la privada.
Un individuo está bajo dominación de otro cuando depende de su buena voluntad para obtener recursos básicos.
Para evitar la dominación pública (del Estado) se propone la democracia, la separación de poderes (admite la monarquía) y la distribución de competencias entre diferentes niveles, es decir, dispersar el poder y que los ciudadanos lo supervisen. Esto implica gran implicación política.
Para evitar la dominación privada propone crear un Estado de Bienestar, aumentar el poder de negociación de los trabajadores y evitar que los más ricos tengan un acceso más fácil a los órganos políticos.
En cierto modo, es una vuelta a la virtud de Aristóteles o Cicerón donde se trata de contribuir en la sociedad para propiciar el bien común y evitar la corrupción, claramente opuesto a la idea liberal de la "mano invisible" porque el egoísmo y los vicios privados rara vez producen beneficios públicos. Se diferencian de los comunitaristas en que siguen manteniendo el bastión de la libertad individual como valor prioritario.
El
republicanismo recupera la idea de una ciudadanía moralmente
comprometida y de una persona que no vive solo para sí misma, sino
también para que prospere el bien público.
Tanto insistir en que el estado debe dar libertad a sus ciudadanos que se nos olvidaba algo tan importante como que el estado debe garantizar la libertad entre ellos.
Imagen Top: La libertad guiando al pueblo (Eugène Delacroix), alegoría republicana de la libertad y su lema Liberté, égalité, fraternité de Eugène Delacroix - This page from 1st-art-gallery.com, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=38989
Imagen: The sun's glint beams off the Atlantic Ocean revealing the island country of the Republic of Cabo Verde (left) off the coast of Africa in this photograph from the International Space Station as it orbited 261 miles above. from NASA images-assets.nasa.gov/image/iss070e052303/iss070e052303~orig.jpg. Date Created:2024-01-03
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