sábado, 13 de abril de 2024

ÉTICA XIX: LA COMUNICACIÓN Y LA ÉTICA

 

 


A Wittgenstein le mencionamos como referente del Círculo de Viena pero él mismo publicó más tarde sus "Investigaciones filosóficas" donde se critica a sí mismo. Pasa de afirmar que el lenguaje es solo un conjunto de signos cuya función esencial es reflejar la realidad, a afirmar:
 
El lenguaje es el instrumento de unos hablantes que ponen nombres a las cosas y las relacionan entre sí pero también se utiliza el lenguaje para valorarlas y para argumentar y discutir. 
El lenguaje nos une y ese vínculo común puede entenderse como el garante de la objetividad del conocimiento así como de la variedad de las normas que nos damos para actuar correctamente y vivir en común. 

La teoría de la "ética comunicativa" afirma que el lenguaje expresa una forma de vida que es la forma de vida específica del ser humano, cuyo rasgo más característico es la capacidad de hablar para comunicarse y entenderse con sus semejantes. Somos seres lingüísticos. Si cada uno usara el lenguaje a su manera, no habría comunicación. El objetivo del diálogo y de la deliberación es recabar acuerdos. 

En la búsqueda de acuerdo tiene que haber un reconocimiento recíproco de los dos sujetos y el compromiso de respetarse mutuamente y decir la verdad.
 
Los principales representantes de este nuevo modelo de pensar son Karl-Otto Apel y Jürgen Habermas
 
Los requisitos indispensables de la comunicación son: la consideración de todos los participantes como libres e iguales, la exigencia de no mentir y la de reconocer al otro como persona. 
 
"Mentir es un vicio maldito -había escrito Mountaigne- no son sino nuestras palabras las que nos unen y nos convierten en humanos". Esa intuición que rechaza de plano la mentira es una intuición ética.

Todo acto comunicativo que aspira a ser racional debe tener en cuenta: la verdad, la libertad y la justicia. El acto de habla debe ser veraz, libre y justo para ser racional o ético. Esos requisitos se cumplirían satisfactoriamente en una situación comunicativa ideal donde habría genuina simetría entre los hablantes y nadie sufriría dominación de ningún tipo. La comunicación real nunca es totalmente racional pero debe aspirar a serlo.
 
La universalidad de la moral encuentra su fundamento en la estructura del lenguaje entendido como acción comunicativa. Es el lenguaje el que impone unas normas de interacción que son morales. Por el lenguaje, piensa Habermas, el hombre se realiza en la historia y aspira encontrar una comunidad universal.
 
Habermas socializa el proceso de validación de las normas, pues entiende que no basta que el sujeto reflexione desde una supuesta imparcialidad, sino que es precisa una argumentación real para que las normas sean válidas.
 
Lo que la ética comunicativa o ética discursiva propone no son contenidos morales, sino un procedimiento para determinar la validez de los acuerdos normativos. Toda discusión sobre asuntos prácticos que van a llevar a normas, busca un acuerdo. Éste, para ser válido y racional debe cumplir los requisitos de la comunicación entre iguales, que incluye la idea de imparcialidad y el reconocimiento recíproco de los participantes o afectados por la discusión. En un estado de derecho, no existen más leyes legítimas que las que todos los ciudadanos hubieran podido querer, lo cual implica que todos los ciudadanos sean tenidos en cuenta a la hora de establecer normas que afectan a todos.
 
Así se corrige la idea kantiana de que lo único moralmente bueno es la buena voluntad, sino que también lo es, el cumplimiento cabal de los requisitos del discurso o de la comunicación que llevan al acuerdo justo. Esta ética universal a que aspira no lleva a una solución homogénea sino todo lo contrario, lleva a una pluralidad de puntos de vista que evolucionan histórica y socialmente en busca del acuerdo.
 
Cuando un gato bufa está usando su lenguaje para avisar que puede atacar, es una comunicación para evitar el enfrentamiento. El hombre ha desarrollado un lenguaje que permite relacionarnos en paz y armonía. Gracias al lenguaje se pueden establecer normas pero también llegar a acuerdos, resolver malentendidos. Qué lástima que sepamos mentir y cuantas desgracias han traído a la historia las palabras falsas, las traiciones y los engaños. Nuestra historia sería diferente sin duda.
 
 
Imagen: Happy Valentines Day by Paul. Creative Commons Attribution 2.0 via https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Happy_Valentines_Day.jpg

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